Episode 462: 29 de Enero del 2025 - Devoción matutina para Adultos - ¨Con Jesús Hoy"

====================================================SUSCRIBETEhttps://www.youtube.com/channel/UCNpffyr-7_zP1x1lS89ByaQ?sub_confirmation=1==================================================== DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2025“CON JESÚS HOY”Narrado por: Exyomara AvilaDesde: Bogotá, ColombiaUna cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church ===================|| www.drministries.org ||===================29 de EneroTregua olímpica«La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo» (Juan 14: 27).El año 2020 tenía que haber sido un año olímpico, pero la irrupción de la pandemia puso a nuestro mundo en pie de guerra contra el coronavirus. Y el gran evento deportivo fue transferido al 2021.Los antiguos griegos contaban los años a partir de las olimpiadas. Los años olimpicos eran especiales, porque en un entorno a menudo castigado por las guerras, el pacto sagrado de la ekejeiria acordaba una tregua entre los beligerantes y la ciudad de Olimpia se convertía en un oasis de paz. Durante todo el tiempo que duraban los juegos se suspendían todas las hostilidades, para que los mejores atletas de todo el mundo helenístico pudiesen viajar y encontrarse en Olimpia para competir entre sí.En el año 884 a. C., la antigua Grecia no era una nación unificada y las ciudades-estado en las que estaba dividida luchaban casi constantemente unas contra otras. En ese contexto convulso, dos reyes, Ífito de Élida y Cleóstenes de Pisa, asesorados por el gran legislador Licurgo de Esparta, decidieron firmar un pacto sagrado en el declaraban inviolable el territorio de Olimpia mientras durasen los juegos olímpicos, y exigían protección y respeto para todos los peregrinos y atletas que viajaran para asistir a los juegos o participar en ellos. Esto significa que la tregua olímpica es el primer tratado internacional de paz de nuestra historia.Tres espondoforos, o mensajeros de la paz, partían desde el santuario de Olimpia para anunciar a todos los pueblos griegos que la tregua había comenzado. Desde ese momento se paralizaban las guerras y se prohibía categóricamente el uso de armas. Los ejércitos se replegaban a sus cuarteles de origen y los soldados regresaban por unos días a sus hogares para celebrar las festividades de la paz. Los pueblos del entorno se tomaban tan en serio esta tregua que en los 1.168 años en que estuvieron vigentes las olimpiadas clásicas griegas tan solo en dos ocasiones se rompió, y fue por desconocimiento de la ley por parte de extranjeros.Tristemente, en cuanto la tregua olímpica terminaba los soldados volvían a los campos de batalla y se reanudaban las hostilidades. En un mundo como el nuestro ni los mejores deseos son capaces de sentar las bases para una paz duradera.Hoy, tanto o más que entonces, necesitamos una paz que no sea «como la que el mundo ofrece». Necesitamos la paz de Cristo, que nos pone en armonía con Dios, con nosotros mismos y con nuestros semejantes.