Gomina, ambición y la conquista de París (en bici): 30 años de la caída de Banesto y Mario Conde
Historias de la economía - A podcast by elEconomista - Luni
🗓️28 de diciembre. No es el mejor día para una intervención bancaria. Parece más una mala broma pesada, después de un "sujétame el cubata" de un redactor trasnochado, a la hora de cierre, un día antes de los Santos Inocentes. Sin embargo, en la España noventera, Banesto, con su flamante presidente, Mario Conde, a la cabeza, ya estaban sentenciados. 💶En aquella época, España había empezado a modernizarse y desde la expropiación de Rumasa, no había experimentado un escándalo financiero de tal envergadura. Pero el caso Banesto trascendía del ámbito financiero. Esta vez había caído un icono, un tipo que estuvo muy cerca de convertirse en mito. Un banquero moderno, como los de Estados Unidos, que encarnaba la aspiración del país. A partir de ese 28 de diciembre, Conde terminó sepultado, y sentenciado, por todo tipo de delitos económicos por su gestión al frente de Banesto. Llegó a ser condenado varias veces, también fue acusado de desviar 600 millones de pesetas en pagos sospechosos, en el caso Argentia Trust. 🕴️Conde parece un personaje sacado de la novela de 'El Gran Gatsby'. Peinado hacia atrás, camisas de cuello duro, corbata de pala ancha, traje a medida, media sonrisa encajada en el mentón y mirada segura y desafiante. Todo el mundo quería ser como Mario Conde. No había chaval que no deseara estudiar derecho, si era en la Universidad de Deusto. Cuenta la leyenda que montó su primer pequeño gran negocio vendiendo sus apuntes. Posteriormente, se preparó para una de las oposiciones más duras que hay, para formar parte del cuerpo de élite de los abogados del Estado. Con 24 años, sacó la mejor nota de la historia. 🏦La realidad es mucho más complicada que un simple 'Mario Conde se lo llevó crudo'. El sector financiero vivía una especie de juegos del hambre, y la mayoría buscaban pareja de baile para unirse y reforzar sus balances. Banesto no era una excepción. Conde intentó la fusión con Banco Central. Una operación destinada a crear el banco más grande de la historia, pero que terminó como el rosario de la aurora, llenando hasta páginas de prensa rosa entre Javier De la Rosa, las Koplowitz y los Albertos. Todos con intereses cruzados y en medio Mario Conde, que para aquellos entonces se le estaba poniendo cara de Silvio Berlusconi, con fusiones, fisiones, participaciones en medios de comunicación y aspiraciones políticas.