Mateo 6, 7-15

Orar es amar. 1) No hablen mucho: aquí nos recuerda Jesús que orar no es el "blablablá". No es por qué rezamos o cómo, sino que más bien es la actitud. La actitud de estar dispuesto a abrir tu corazón a Dios y llenarte de Él. La mejor oración es hacer silencio y dejarte tocar por Dios. Es el mismo Dios quien se encarga de conquistar de nuevo tu corazón. 2) No fanfarronear: me causa gracia cuando me encuentro con cristianos un poco agrandados o fanfarrones. Porque te muestran las tracaladas de oraciones que hacen o simplemente buscan alguna temática de conversación, para sacarte en cara que rezan más que vos o simplemente hacerte sentir que sos inferior a ellos. Jesús nos recuerda que en las cosas simples está Él. 3) Padre Nuestro: en esa oración está todo. Si te pones a rezarlo con pausa y pensando en cada frase descubrirás cosas maravillosas. Con el solo hecho de iniciar diciendo Padre Nuestro y no decir Padre mío, nos enseña que somos familia. Hoy proponete rezar el Padre Nuestro despacio y quédate con esa frase que más te guste o necesites. Yo me voy a quedar con "como nosotros perdonamos a los que nos ofenden".